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La Comunidad Económica Europea


En el Libro Blanco de la Comunidad Económica Europea, donde los países parte han firmado los acuerdos para una Europa más desarrollada y humana para el 2030, la Comisión Europea asegura que la Economía Social está compuesta por 2 millones de empresas y emplean a 14.5 millones de personas.


Mientras que el Parlamento Europeo ha dicho que este tipo de economía refuerza la cohesión social, promueve una ciudadanía activa, la solidaridad y una economía con valores democráticos, que sitúa al ser humano en primer plano, contribuye al desarrollo sostenible, la innovación social, medioambiental y tecnológica.


En este texto se reconoce la importancia de no querer medir la economía solidaria en términos de cantidades, a lo que tanto estamos acostumbrados: una empresa es exitosa si logra facturar tantos miles de dólares mensuales, si lograron abrir cientos de puntos de venta en un mes, etc. la economía de solidaridad no puede entrar en este círculo de mediciones porque por perseguir el número podría perder de vista lo más importante: el desarrollo de las personas. Su medición es mucho más compleja, es cualitativa.


Por eso debe mirarse con otros ojos, con “ojos de pez” como dice Rubén Alves en uno de sus cuentos, es decir, desde la profundidad.


Las empresas solidarias son conjuntos de valores, de sueños y realidades que las hacen sobrevivir a los embates de las economías mundiales, ellas siguen creciendo y fortaleciéndose en medio de una economía hegemónica que lucha por crecer, crecer y crecer, porque las y los empresarios colaboran entre sí.


Es su compromiso social el que las mantiene, pues las personas que las forman son lo más importante. Es así, como se desarrollan en mercados locales importantes con gran reconocimiento de las comunidades. Estas empresas contribuyen al bien-vivir general y por lo tanto están atentas a las necesidades y problemas de los lugares donde se encuentran asentadas y proponen soluciones democráticas y de conjunto.


Tienen además una gran flexibilidad y rapidez para actuar en situaciones de necesidad comunitaria y especialmente a favor de las personas más vulnerables. En el Libro Blanco se reconoce que la Economía Social es capaz de poner en común recursos y/o actividades para satisfacer las necesidades de todos. Es de esta manera como se constituye como un espacio para la innovación social.


La Comunidad Europea ha recordado a los Estados Miembros poner en marcha iniciativas para visibilizar la economía solidaria y fortalecerla, sobre todo en su estrategia Europa 2020.


Culmina el documento con una serie de recomen-daciones para impulsar, fortalecer, apoyar y desarrollar el modelo de la economía solidaria desde los gobiernos en estricto respeto a las personas y las comunidades.


Solicitan a las autoridades locales que la consideren un factor primordial en sus planes de trabajo. Se propone profundizar en la medición del impacto social, más allá de los indicadores cuantitativos. Intercambiar las buenas prácticas y dotarlas de recursos para su crecimiento.


La Comunidad Europea ha suscrito el Libro Blanco donde uno de sus apartados es la Economía Solidaria, y va más allá de uno o dos párrafos, como sucede aquí en México con el Plan Nacional de Desarrollo 2012-2018.


Es un modelo de economía que cada día gana más adeptos en todos los niveles, reconociendo así que Otra Economía es Posible (y Necesaria).


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