La Economía Solidaria, un modelo económico basado en la confianza

Hemos caminado muchos años en una economía hegemónica basada en la competencia, la desconfianza, el cuidarse de los demás y hasta de eliminar a aquellos negocios que vemos como amenazas para nuestra expansión comercial.

Pero a la par con esta manera de ver el mundo económico, camina otra visión: de la colaboración, confianza, cuidar al otro y permanecer ambos en el mercado. Es la visión de las economías solidarias, siempre presentes a lo largo de la historia.

Últimamente diversos conferencistas alrededor del mundo impulsan la idea de una economía colaborativa, aunque no siempre solidaria. Por ello es muy importante distinguir un modelo capitalista que se reviste con algunos conceptos y prácticas colaborativas como puede ser los tianguis en espacios para personas con un buen nivel económico, y que los mismos tianguistas tienen un buen poder económico de inversión. Son negocios individuales, que buscan la acumulación de las ganancias y que, como una forma de disminuir sus costos de operación, se reúnen en lugares comunes.

En contraparte la economía solidaria tiene como finalidad la generación de empleo o de ingreso, y la acumulación de la ganancia busca crear nuevos empleos para otras personas. Una vida austera, basada en el bien vivir y con respeto al medio ambiente son finalidades propias de este modelo económico.

Es una economía que confía en la buena voluntad de los demás. Que confía en la honestidad, en el respeto, en el diálogo. Que reconoce los valores y aptitudes de los demás y que cree en que todos y todas podemos incorporarnos desde diferentes maneras: unos produciendo, otros consumiendo.

¿Se puede lograr?

¿Por qué no? Es una forma de relacionarnos que prácticamente todos anhelamos, entonces depende de cada uno poner nuestro empeño por llevar la vida de manera honesta, cuidando de los demás y de la naturaleza.

Otra forma de economía es posible.